Nuestro fundador inició en los años 70. El tiempo en que aplicaban y depuraban las fórmulas del minimalismo ya iniciadas por la escuela del Bauhaus, Le Corbusier y Van der Rohe. Entonces se otorgaba funcionalidad a los ambientes y se proyecta una arquitectura más racional. Hasta entonces se pensaba la vivienda como un gran elemento de protección. Pero a finales del siglo XX los movimientos ecologistas trajeron al tapete la Arquitectura Orgánica que tempranamente habia sido desarrollada por Lloyd Wright. Se trata de adecuarse y aliarse con la naturaleza, permitiendo flexibilidad a los ambientes internos e integrándolos con el exterior. En ese sentido, al iniciarse el nuevo milenio se desataron corrientes en búsqueda de filosofías ancestrales para la estabilidad física y emocional del ser humano. Por ejemplo el Feng Shui que aportó con ideas que dejaban clara la necesidad de una conviencia equilibrada con el entorno. Por esta razón tenemos presente todos los estudios y enfoques que aportaron de forma significativa a proyectar un lugar óptimo para su bienestar, funcionalidad y sobre todo, una vida eficiente y saludable.
Un edificio imponente, una casa bella o un jardín cuidado no tienen gran ventaja si no han sido proyectados partiendo de la funcionalidad productiva, existencia y enriquecimiento sensorial de una una persona específica. No basta una ubicación sino más bien la función que cumple. Consecuentemente, las verdaderas ventajas poco tienen que ver con la ubicación o grandilociencia de una construcción.
Nuestro equipo incluye un arquitecto con una vasta experiencia en el hormigón armado, una arquitecta proyectista de interiores como espacios eficientes, confortables, funcionales y elegantes, un ingeniero minucioso en el cálculo de cada centímetro de las obras y un paisajista que aprovecha al máximo los lugares y elementos naturales, convirtiendo los ambientes en espacios de renovación energética.
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Hacemos un estudio responsable sobre los materiales que deben utilizarse en cada construcción. las condiciones climáticas, el suelo y altura, determinan los materiales óptimos.
Los entornos inmediatos en los cuales va a pasar la mayor parte de su vida deben ser personalizados. Espacios confortables, motivadores y que renueven continuamente las energías.
Algo sabio es ampliar la zona de confort. Expandirse más allá de los muros convencionales, integrar convenientemente los espacios interiores con el exterior y predisponerlos como saludables fuentes de energía.